La decisión de homenajear al realizador Bernardo Bertolucci surgió mientras mis sentidos eran exaltados por su film "Cautivos de Amor". Sentí una afinidad conceptual entre el clima del film y las fotografías aquí presentadas. Comprendí en ese momento que mi formación visual y estética tenía su antecedente en la expresión cinematográfica. La proyección de ese maravilloso medio había dejado profundas huellas desde mi adolescencia, al influjo de las frecuentes y extensas funciones cinematográficas a las que acostumbraba asistir.

El espacio, donde hoy se exhiben estas obras, tiene un gran significado para mí. Es en este ámbito donde tuve el privilegio, en el año 1968, de participar en un seminario dictado por el erudito Profesor Héctor Cartier, quien me introdujo en la filosofía y poética del arte y me ayudó a madurar la decisión de ingresar en la carrera de Bellas Artes. Allí obtuve las bases de mi formación académica y posteriormente desarrollé una aguda percepción a través de la fotografía.

Quiero dedicar esta muestra a todos aquellos que en forma directa o indirecta, muchas veces sin saberlo, contribuyen a enriquecer nuestro mundo, nos transforman, nos permiten vibrar en su misma frecuencia y participan en la construcción del devenir constante para llegar a SER el que somos.

Agradezco a Mara Kotov, responsable de la Galería Gradiva, por intervenir en este proyecto y ser generosa receptora de mis fantasías, compartiendo mi entusiasmo al construir esta presentación y a todos Ustedes por asistir a esta convocatoria siendo partícipes de esta experiencia.

Que la LUZ que da nombre al Festival abarque no sólo el fenómeno técnico que da orígen al proceso fotográfico, sino también a la LUZ como símbolo de sabiduría.